En el día a día, podemos sufrir golpes, lesiones y accidentes caseros que pueden provocar heridas de distinto grado y las decisiones que tomemos en los primeros minutos, pueden ser de gran ayuda para una correcta recuperación. ¡Toma nota sobre cómo tratarlas y conoce cuándo es recomendable acudir al Servicio de Urgencia!
Caídas en bicicleta, cortes al picar las verduras o rasmillones. Estas, son algunas de las situaciones que usualmente pueden generar heridas superficiales y medianamente profundas, y saber cómo actuar en estos casos, puede hacer la diferencia en su pronóstico y sanación.
La clave de los primeros auxilios, es tratar la herida durante los primeros minutos, con una correcta limpieza, protegiéndola de posibles infecciones, manteniendo a raya el sangrado. También, es importante saber que ante heridas de mayor gravedad, estas deben ser tratadas en el Servicio de Urgencia, por profesionales expertos en este tipo de lesiones.
¿Cómo diferenciar una herida superficial, de una medianamente profunda?
La piel es el escudo del cuerpo y en su rol, nos protege de distintos factores externos como bacterias, sustancias químicas y temperaturas extremas.
Está compuesta por tres capas de tejido:
- Epidermis: es la capa más superficial de la piel y contiene células escamosas -que se desprenden constantemente-, células basales -encargadas de producir nuevas células- y melanocitos, que producen melanina, pigmento que determina su color.
- Dermis: es la capa intermedia de la piel y en ella, se encuentran vasos sanguíneos, vasos linfáticos, folículos capilares, glándulas sudoríparas, fibras de colágeno y nervios, entre otros.
- Hipodermis: también llamada capa de grasa subcutánea, en la tercera capa y más profunda, es posible encontrar una red compleja de colágeno -molécula que da estructura y firmeza a la piel- y células grasas. La hipodermis se encarga de conservar el calor del cuerpo y actúa como una especie de interfaz entre la piel y los órganos que cubre.
Una herida superficial, generalmente involucra la epidermis, pero cuando hablamos de heridas medianamente profundas, puede abarcar la dermis o incluso, la hipodermis, en sus casos más graves. Aunque a veces tomemos el sangrado como un parámetro para determinar si es superficial o profunda, hay heridas, como las quemaduras de tercer grado, que no sangran y que pueden ser graves, afectando la hipodermis.
Tipos de heridas y cómo tratarlas
Existen distintos parámetros para clasificar las heridas, que ayudan a determinar cuáles son las primeras medidas a aplicar para contenerlas y propiciar su sanación.
Según el objeto o mecanismo que la causa, es posible identificar heridas por:
- Raspaduras: son comúnmente generadas por caídas en la tierra, en la calle o en alfombras. El roce, sumado al impacto de la caída, genera laceraciones en la primera capa de la piel, aunque en algunos casos, puede afectar a las capas más profundas.
¿Cómo tratarlas? Ante una raspadura, puede haber sangrado y también la presencia de un líquido rosáceo o amarillento, llamado exudado. Lo primero que debemos hacer es lavar nuestras manos y detener el sangrado, haciendo presión con una gasa o toalla limpia. Luego, limpiamos la herida con suero fisiológico o agua abundante, para eliminar restos de suciedad y reducir el riesgo de infección. Podemos proteger la herida con una venda durante los primeros días y luego, dejarla que cicatrice libremente.
- Cortes: son heridas hechas por un objeto cortante, como un cuchillo o vidrio. Tienen bordes definidos y suelen sangrar mucho, ya que pueden afectar a vasos sanguíneos y otras estructuras de la dermis.
¿Cómo tratarlos? Debemos lavarnos las manos antes de ponernos en contacto con la herida. Luego, aplicar abundante agua fría con jabón neutro o suero fisiológico. Después, secarla con una gasa o toalla limpia y por último, cubrirla con un parche o gasa. Si el corte es muy profundo, es posible que se necesite suturar, por lo que es clave acudir al Servicio de Urgencia. Además, existe riesgo de tétano, enfermedad provocada por la bacteria clostridium, por lo que se necesitará aplicar una vacuna para evitar la infección.
- Objetos punzantes: causadas por un clavo, trozo de metal o de madera, este tipo de heridas usualmente ocurren al pisar uno de estos objetos. De penetrar más profundamente, pueden ser peligrosas ya que afectan a tejidos delicados como tendones, ligamentos, nervios o músculos.
¿Cómo tratarlas? Luego de lavarnos las manos y de asegurar que la persona afectada esté en calma, hay que hacer presión con un paño limpio para detener el sangrado. Si este no cede, mantenemos la presión durante 10 a 15 minutos. Después, lavamos la herida con agua o suero fisiológico y por último, ponemos un apósito o gasa. Si la herida no deja de sangrar y/o el objeto que hizo la herida está oxidado o sucio, la persona debe acudir al Servicio de Urgencia para tratar la herida y aplicar la vacuna contra el tétano.
- Quemaduras: las quemaduras en casa suelen ocurrir con agua muy caliente de una olla o hervidor, estufas o vapor. Las quemaduras pueden ser superficiales, intermedias o profundas.
¿Cómo tratarlas? Las quemaduras superficiales, pueden ser tratadas en casa, retirando los objetos o prendas que comprimen la piel, enjuagando la zona con agua tibia, pero jamás, soplándolas, aplicando hielo, ungüentos o compresas congeladas. Si la quemadura está inflamada, se extiende por una superficie más amplia (más del 10% de la superficie de la extremidad) hay dolor, va empeorando con el tiempo y aparecen ampollas, es recomendable acudir al Servicio de Urgencia.
- Contusiones: una herida por contusión puede ser causada, por ejemplo, por el golpe con una piedra o un martillo. No son heridas de tipo penetrante, por lo que se podrá observar sangre por debajo de la piel, o sea, hematomas, que pueden ir cambiando de color a medida que pasan los días.
¿Cómo tratarlas? A diferencia de lo que ocurre con distintas heridas, como las quemaduras, las contusiones sí requieren de la aplicación inmediata de frío, para reducir la inflamación y evitar que se forme un hematoma de mayor tamaño. Si vamos a usar hielo, tenemos que ponerlo sobre un paño o toalla, no directamente en la piel. Ahora, si la contusión es producto de un golpe en la cabeza y además se observan síntomas como vómitos, náuseas, dolor de cabeza y/o desmayos, es esencial que la persona sea trasladada de inmediato al Servicio de Urgencias más cercano.
Porque sabemos que la protección de los que más quieres, es lo más importante, en nuestra red de clínicas Andes Salud, contamos con Servicio de Urgencia en tu región, para que en caso de heridas que requieran de atención médica, tengas la tranquilidad de que estaremos las 24 horas del día y los 7 días de la semana, listos para atenderte. ¡Cuida tu salud, siempre!