Las preocupaciones y tratar de cumplir con todo, puede hacer que perdamos de vista la importancia de llevar una vida sana, para tener una mente sana. ¿Las decisiones que tomamos en el día a día, pueden afectar el bienestar emocional? Hoy, te contamos más detalles de cómo cuidar tu salud mental.
La Organización Mundial de la Salud, en su estudio “World Mental Health Report 2022” reveló que 970 millones de personas viven hoy con alguna enfermedad o trastorno mental, cifras que también evidenciaron las consecuencias que dejó la pandemia en la salud mental a nivel global.
En nuestro país, la realidad no es distinta. Como informó el estudio “Termómetro de la Salud Mental en Chile” en diciembre de 2022, un 23,7% de los encuestados declaró tener síntomas relacionados a la ansiedad y en el caso de las mujeres, la cifra alcanzó un 31%. En cuanto a la depresión, un 14% reconoció experimentar síntomas de este trastorno.
Si bien, acudir a un profesional en salud mental es el primer paso en el camino a la recuperación, el estilo de vida es fundamental para el bienestar general. Hay cosas simples, que pueden hacer una gran diferencia, tanto a nivel físico, emocional, social y también laboral.
¿Cómo puede afectar el estilo de vida a la salud mental?
Es importante recordar que mente y cuerpo están conectados. Las decisiones que tomamos a diario en cuanto al cuidado de la salud, pueden tener un impacto importante en todo ámbito.
Cuando nos sentimos mal emocionalmente, es más probable que nuestros hábitos también se perjudiquen. Por otro lado, llevar un estilo de vida poco saludable, puede traer consecuencias a nivel emocional. Es un círculo vicioso, pero que podemos revertir tomando conciencia y acudiendo a un profesional para recibir orientación.
Hay hábitos y conductas que pueden influir en la salud mental, tanto como causa, como consecuencia de un trastorno:
- Sedentarismo: llevar un estilo de vida poco activo y no practicar ejercicio físico, puede privar al cerebro de recibir las tan necesarias dosis de endorfinas, sustancias que generan bienestar y alivio del dolor, que justamente se liberan con la actividad física.
- Consumo de comida chatarra: por una parte, consumir alimentos ultra procesados, altos en grasas saturadas y azúcar refinado, aumenta el riesgo de obesidad, condición que también está vinculada a enfermedades como la ansiedad y depresión. Por otra, este tipo de alimentos genera adicción, por la recompensa inmediata a nivel cerebral y son responsables de las fluctuaciones en la glucosa en sangre, que puede empeorar los trastornos de salud mental existentes.
- Descanso deficiente: la salud mental está estrechamente relacionada con un descanso reparador. Dormir poco y mal, puede generar efectos como hipersensibilidad y ansiedad, dado que el cerebro se encuentra en estado de alerta constante. Además, de dificultad para concentrarse, irritabilidad y pérdida de memoria. Dormir entre 7 y 8 horas diarias, no solo permite que el organismo regenere sus tejidos, sino que también ayuda a regular los niveles de cortisol en sangre para propiciar la calma mental.
- Consumo de alcohol y tabaco: existe una mayor prevalencia de consumo de este tipo de sustancias entre personas con algún problema de salud mental y la explicación, radica en que tanto el alcohol como la nicotina, pueden aliviar temporalmente los síntomas asociados. Sin embargo, producen dependencia y un aumento de la ansiedad por consumirlas, generando un efecto rebote y síntomas más intensos.
- Adicción a las pantallas: la luz azul de las pantallas de dispositivos como celulares o computadores, disminuye la producción de melatonina, hormona que induce el sueño. Sumado a esto, la necesidad de estar constantemente actualizados, el miedo a perderse algo o la adicción a los likes, crea dependencia. No estar conectados, nos genera ansiedad y comparar nuestras vidas con las de otros, puede deprimirnos”.
¿Qué acciones pueden ayudar a mejorar la salud mental?
Así como ante una enfermedad física, buscamos alternativas para calmar los síntomas y tratar el problema, es esencial dedicarle tiempo y preocupación al cuidado de la salud mental.
No podemos decirle a una persona que sufre de un trastorno de salud mental que deje de sentirse así. Lo que sí podemos hacer, es apoyarla y motivarla para que pueda recibir ayuda profesional, que puede incluir terapia cognitiva conductual y en algunos casos, complementarlo con medicamentos.
En cuanto a los hábitos, llevar una vida saludable será uno de los puntos clave para un mayor bienestar físico y emocional. Dentro de las recomendaciones, están:
- Privilegiar una alimentación saludable, con el consumo de proteínas magras, frutas, verduras, legumbres y grasas saludables.
- Hacer ejercicio de forma regular, partiendo de a poco. Pueden ser 10 minutos diarios de una actividad motivante, y a medida que pasan los días, ir aumentando el tiempo.
- Tener una buena higiene del sueño, evitando las pantallas antes de acostarse y propiciando un ambiente grato para la inducción del sueño. Practicar meditaciones, respiraciones profundas o leer un libro, puede ser de gran ayuda.
- Reducir y/o evitar el consumo de sustancias estimulantes, como el cigarrillo, el alcohol y las bebidas con cafeína. Esto ayudará a calmar los síntomas de la ansiedad.
- Respetar los límites entre el trabajo y el descanso. Si es necesario, conversar con jefatura o compañeros de trabajo, para expresar la importancia de delimitar correctamente los horarios de trabajo.
- Hacer “ayuno electrónico”, en el que durante todo un día, exista desconexión total, sin las demandas y distracciones del celular.
- Utilizar un método de organización, como tener un cuaderno o un bloc de notas para anotar las tareas diarias y así, ir tachando a medida que se va cumpliendo cada una.
En Andes Salud, queremos que sepas que no estás solo y que cuentas con el apoyo de equipos de profesionales con amplia experiencia, preparados para acompañarte en tu camino a una salud mental más plena. ¡Privilegia tu bienestar!