Este 21 de junio, comienza oficialmente la estación más fría del año, meses en que debemos cuidar nuestra salud y reforzar las defensas para evitar estar vulnerables a las enfermedades de la temporada. ¿Sabes cómo prepararte? ¡Sigue las recomendaciones de nuestros especialistas Andes Salud!
Los cambios de estación, siempre son una buena oportunidad para recordar la importancia del autocuidado, y así, sentirnos bien en cada clima y mes del año.
El invierno, por ejemplo, puede traer distintos desafíos para nuestra salud, como estar expuestos a temperaturas más frías, tener más probabilidades de contagiarse con los distintos virus que proliferan en esta época y la contaminación por métodos de calefacción.
Conocer las distintas medidas de prevención es clave para que tú y tu familia pasen un invierno saludable y sin preocupaciones. ¡Descubre cómo prepararte y aplícalo en tu día a día!
¿Cuál es la reacción del cuerpo a las bajas temperaturas?
Además de los efectos visibles, como los temblores corporales, la expulsión de vapor de agua al respirar o el enrojecimiento o tono violáceo en ciertas zonas de la piel, el frío genera una serie de cambios en el organismo a nivel interno.
Cuando nos exponemos a bajas temperaturas, podemos experimentar:
- Aumento de la frecuencia cardíaca: para ayudar a distribuir el calor por todo el cuerpo y mantener una temperatura interna estable.
- Agitación en la respiración: para calentar el aire inhalado antes de que llegue a los pulmones.
- Vasoconstricción: se reduce el flujo sanguíneo hacia la piel y las extremidades periféricas, respuesta que ayuda a conservar el calor en el núcleo del cuerpo y protege los órganos vitales.
- Aumento de la producción de calor: a través de la activación del metabolismo y la generación de calor por parte de los órganos internos.
- Piloerección: los músculos erectores de los vellos del cuerpo se contraen, lo que hace que se levanten y formen «piel de gallina». Esta respuesta no es muy eficaz en los seres humanos, pero en otros mamíferos ayuda a crear una capa de aire aislante alrededor del cuerpo.
“Algo importante a considerar, es que el frío también debilita la capacidad de respuesta del sistema inmunológico, alterando la función de los cilios, pequeñas estructuras que se encuentran en la superficie de las células del tracto respiratorio y que se mueven para empujar la mucosidad hacia el exterior y al mismo tiempo, los virus retenidos ahí. A menor temperatura, estos cilios se paralizan, dejando entrar mayor cantidad de virus”, explica la doctora Lismer Barberi de Clínica Andes Salud El Loa.
¿Qué podemos hacer para mantenernos sanos?
Como ya hemos revisado, el sistema inmunológico es esencial para protegernos de las amenazas del medio ambiente, sobre todo cuando hace mucho frío.
Existen distintas acciones que podemos integrar a nuestro día a día, que nos ayudarán a fortalecer las defensas y también, a cuidarnos en todo sentido. Por ejemplo, es recomendable:
- Mantener la hidratación: aunque en invierno sintamos menos sed, beber al menos 8 vasos de agua al día y/o mantenerse hidratado a través de infusiones calientes y alimentos ricos en agua como el pepino, el apio o la naranja, será clave para el buen funcionamiento de todo el organismo.
- Comer verduras y legumbres: además de ser nutritivas y ayudarnos a mantener un peso saludable, las verduras, sobre todo las de hoja verde como la espinaca y acelga, son grandes aliadas para fortalecer el sistema inmunológico. Por su parte, las legumbres también cumplen ese papel, gracias a su alto contenido en minerales como magnesio, fósforo, potasio y calcio.
- Seguir haciendo deporte: el ejercicio físico regular es un hábito que debemos mantener durante todo el año. Junto con entregarnos calor en esos días de frío, el deporte refuerza la función de las células inmunitarias, mejora el estado de ánimo y la calidad del sueño, además de fortalecer el sistema cardiovascular.
- Usar cremas hidratantes: dado que ante las temperaturas más bajas, el cuerpo disminuye el flujo sanguíneo hacia la piel, entregarle hidratación extra puede ser muy útil para evitar su deshidratación, sequedad y la aparición de llagas por el frío. Aplicando crema hidratante de forma recurrente en las zonas más expuestas, como manos y cara, podremos mantener la barrera cutánea natural.
- Cuidar tu salud mental: el hecho de estar menos expuestos al sol y tener días más oscuros, puede gatillar trastornos anímicos estacionales en algunas personas. Es importante prestar atención a los síntomas y buscar ayuda profesional en caso de necesitar apoyo. Actividades de recreación, como leer y escuchar música, junto a prácticas como la meditación, también serán un gran aporte.
- Lavar siempre las manos: las medidas de higiene son esenciales para la prevención y el lavado de manos regular, es una de las herramientas más efectivas para protegernos del contagio de virus estacionales, como el sincicial, adenovirus, influenza y COVID. ¡No lo olvides!
En Andes Salud, queremos que tú y tu familia cuenten con el mejor cuidado para vivir un invierno saludable. Recuerda que ante síntomas de enfermedades respiratorias, nuestros especialistas pueden entregarte la orientación que necesitas. ¡Estamos preparados para acompañarte en todo momento!
