Esta estructura que se encuentra en la zona baja de la pelvis, tiene importantes funciones y su debilitamiento puede provocar dificultades tanto en hombres como en mujeres. ¿Quieres saber más sobre el piso pélvico? Hoy, te contamos los detalles.
El piso pélvico es un conjunto de músculos, ligamentos y tejido conectivo que forma una especie de “red” en la parte inferior de la pelvis, para entregar soporte a órganos pélvicos, como útero, vejiga y recto.
Junto con mantener en su lugar a los órganos pélvicos y evitar su descenso o prolapso, el piso pélvico tiene otras funciones clave, como:
- Control urinario: los músculos del piso pélvico contribuyen al cierre de la uretra (el conducto que lleva la orina desde la vejiga al exterior) y ayudan a mantener el control de la micción.
- Control fecal: también está involucrado en el control de la defecación al mantener el recto y el ano cerrados hasta que sea el momento adecuado para evacuar.
- Función sexual: desempeña un papel importante en la respuesta eréctil en hombres, en la lubricación vaginal en mujeres y en la calidad de los orgasmos femeninos y masculinos
- Apoyo durante el embarazo y el parto: en la gestación, el piso pélvico debe sostener el peso adicional del útero en crecimiento. Durante el parto, estos músculos se estiran para permitir el paso del bebé por el canal de parto.
Condiciones asociadas a un piso pélvico débil
Un piso pélvico debilitado puede generar varios problemas de salud y molestias. “Generalmente, se presentan más en mujeres y sobre todo en determinadas etapas como la gestación, después del parto o en la menopausia, sin embargo, hombres y niños también pueden tener disfunciones”, señaló Florencia Monje, Kinesióloga de Clínica Andes Salud Concepción.
Algunos de los problemas que puede provocar un piso pélvico débil, son:
- Incontinencia urinaria: que se define como cualquier pérdida involuntaria de orina. Ésta puede ser de esfuerzo, es decir, aparecer ante aumentos bruscos de presión intraabdominal cómo toser, reír, estornudar. Puede aparecer también ante la sensación de urgencia al orinar, o tener ambos componentes. La debilidad de los músculos del piso pélvico puede dificultar el adecuado control de la uretra y vejiga
- Prolapso de órganos pélvicos: es el descenso o desplazamiento de los órganos internos, como el útero, la vejiga o el recto, hacia la vagina o el canal vaginal. Esto puede causar sensación de presión en la pelvis, molestias y problemas urinarios o intestinales.
- Problemas intestinales: también puede afectar la función intestinal, causando dificultades para controlar los movimientos intestinales y provocando problemas de evacuación, como el estreñimiento crónico.
- Dolor pélvico: los tejidos debilitados en esta zona pueden contribuir al desarrollo de dolor crónico en la región pélvica. Esto puede manifestarse como dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia), molestias en la zona inferior del abdomen o dolor lumbar.
- Disfunciones sexuales: la debilidad del piso pélvico puede afectar la función sexual al influir en la erección, en la lubricación vaginal y en la capacidad de alcanzar el orgasmo en mujeres, o generar músculos hiperactivos que provoquen dificultad o impedimento en la penetración vaginal (Dispareunia y vaginismo)
- Malestar durante el embarazo y el parto: El escenario hormonal, el aumento de carga y cambios posturales hacen que durante la gestación las mujeres estén más predispuestas a sufrir disfunciones de piso pélvico, cómo por ejemplo incontinencia urinaria, sin embargo es muy importante saber que eso nunca es normal y el tratamiento de primera línea es el entrenamiento de la musculatura de piso pélvico. Además, un piso pélvico debilitado está más propenso a dañarse en el parto, y por lo tanto, hacer más compleja la recuperación posparto.
Algunos cuidados del piso pélvico
La musculatura del piso pélvico es musculatura voluntaria, tal como lo son los músculos de nuestras piernas o brazos, por eso, podemos entrenar en estos músculos fuerza, resistencia, coordinación y elongación, en base a cuáles son nuestras necesidades.
En general, tenemos poca conciencia de la existencia de nuestro piso pélvico, por lo que el primer paso es generar conciencia sobre esta zona.
- Identifica los músculos adecuados: imagina que estás deteniendo el flujo de orina o evitando expulsar gas. Los músculos que contraes al hacer ese gesto son los del piso pélvico. Este ejercicio no se debe ver por fuera, es la contracción específica de tu musculatura perineal.
- Nunca hagas estos ejercicios mientras orinas, ya que eso a la larga puede causar una descoordinación entre tu vejiga y tu piso pélvico.
- Contraer y relajar tu piso pélvico de manera consciente, enfocándote en contraer sólo esa musculatura, manteniendo una respiración normal es el primer paso.
- La dosificación de estos ejercicios (cuántos hacer, cuántos segundos mantener etc..), debiera ser absolutamente personal y depende de el estado inicial de tu musculatura. Por eso lo ideal es realizar una correcta evaluación de esta musculatura por Kinesióloga especialista para asegurarte de estar haciendo correctamente los ejercicios y ajustarse a una pauta individualizada.
«Otro punto muy importante en el cuidado de tu piso pélvico tiene que ver con tus hábitos vesicales y defecatorios. Un adecuado consumo de agua, fibra, no posponer la ida al baño (ni a orinar ni a defecar), no orinar de manera anticipatoria (porque voy a salir, porque llegue, por si acaso…aunque no tenga ganas), evitar exceso de líquidos irritantes (por ejemplo, café, alcohol), entre otros factores, te ayudan a cuidar de esta estructura tan importante para tu calidad de vida», detalló la kinesióloga.
Si estás experimentando síntomas como incontinencia urinaria, constipación crónica, dolor en las relaciones sexuales, estás embarazada o quieres rehabilitarte después del parto, consulta con un kinesiólogo especialista, para que te orienten en tu rehabilitación y recuperes la funcionalidad de tu piso pélvico.