Los cambios de temperatura y otros factores pueden influir de forma importante en el estado de la piel durante los meses más fríos del año. ¿Sientes tus manos deshidratadas? Nuestros especialistas Andes Salud, resuelven tus dudas en el siguiente artículo. ¡Toma nota!
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano. Ocupa una superficie de alrededor de 2 metros cuadrados y forma parte del sistema tegumentario, que también incluye el cabello, las uñas, y las glándulas sudoríparas y sebáceas.
Si bien, la piel cumple una excelente función al protegernos de los agentes externos, durante el invierno puede debilitarse, aumentando la tendencia a la deshidratación e irritación.
“La piel cuenta con una barrera natural, compuesta por células, lípidos y factores hidratantes, como ácidos grasos y aminoácidos. Las condiciones climáticas extremas, como el frío y el calor, la humedad y sequedad ambiental, la contaminación y otros factores, agreden esta capa, mermando su efectividad”, comentó la dermatóloga de Clínica Andes Salud.
¿Qué condiciones pueden gatillarse o agravarse con el frío?
Cualquier persona puede desarrollar afecciones a la piel, como la resequedad, sin embargo, quienes tienen piel sensible están más expuestos a manifestar distintas condiciones o ver cómo empeoran los síntomas ya existentes.
Entre las condiciones de base que pueden presentar los pacientes y que pueden agravar la piel de las manos y de otras zonas del cuerpo en invierno, es posible nombrar:
- Dermatitis atópica: también conocida como eccema atópico, la dermatitis es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por su inflamación y sequedad, lo que resulta en parches rojos, secos y con picazón.
- Sabañones (eritema pernio): son una afección cutánea que se produce en respuesta a la exposición prolongada al frío. Se caracterizan por la aparición de inflamación, enrojecimiento, hinchazón y picazón, generalmente en manos, pies, orejas y nariz.
- Psoriasis: es una enfermedad crónica de la piel que provoca placas rojas y escamosas en diferentes áreas del cuerpo. Estas suelen ser elevadas, de bordes bien definidos y cubiertas por escamas plateadas o blanquecinas. Sus síntomas pueden empeorar con los climas fríos.
- Dishidrosis: también llamada eccema dishidrótico o pompholyx, es una condición que se caracteriza por la aparición de pequeñas ampollas llenas de líquido, generalmente en las palmas de las manos, los dedos y las plantas de los pies. Estas ampollas pueden causar picazón intensa y romperse, dejando la piel enrojecida y dolorida. Su principal causa es el estrés y con el frío, las molestias pueden agravarse si no existe la hidratación adecuada y con el uso de calcetines y calzados muy cerrados y con exceso el polyester.
¿Cómo cuidar las manos para evitar la resequedad?
Como destacó la especialista, “al igual como nos preocupamos del interior del cuerpo, llevando una alimentación equilibrada, ejercicio físico y descanso, la piel también necesita que le pongamos atención, para estar y verse saludable”.
Si tus manos tienden a secarse e irritarse, recuerda:
- Hidratarte adecuadamente, bebiendo suficiente agua o infusiones
- Usar cremas hidratantes y reparadoras, idealmente densas y grasosas que contengan urea y no estén perfumadas
- Usar jabones hipoalergénicos, para evitar la irritación. Existen limpiadores Syndet que pueden ser usadas en reemplazos del jabón
- Lavar las manos con agua tibia, no demasiado caliente o demasiado fría. Evitar el exceso de lavado de manos de modo innecesario.
- Usar guantes, para proteger la piel de tus manos cuando salgas al exterior
¿Sufres alguna de las condiciones que mencionamos en este artículo? ¡No te preocupes! Con los consejos de nuestros equipos de dermatólogos de Andes Salud, tus manos y piel en general, ¡se mantendrán saludables todo el año!