El verano es para disfrutar, pero sin descuidar lo importante: la salud de tu piel. Recuerda que el bloqueador solar o fotoprotector es el mejor aliado para unas vacaciones sin preocupaciones. ¿Lo usas regularmente? ¡Descubre por qué debemos darle prioridad!
El sol es una energía vital, que desempeña un papel fundamental en la vida del ser humano tanto a nivel físico como psicológico.
Sus rayos permiten la síntesis de vitamina D para fortalecer los huesos y el sistema inmunológico, regulan nuestro ritmo circadiano y nos ayudan a producir serotonina, un neurotransmisor vinculado con la felicidad y el bienestar.
Si bien, el sol es esencial, exponerse a él también implica un mayor riesgo de daño en la piel, el que puede ser acumulativo si no la protegemos con fotoprotector
Como explica el Dr. Pedro Clavería Pincheira , dermatólogo de Clínica Andes Salud Concepción, “el mayor daño acumulativo, que es precisamente el que aumenta el riesgo de cáncer a la piel, ocurre durante la infancia y la adolescencia, en los primeros 20 años de edad. Eso no quiere decir que no debemos aplicarnos fotoprotector en la adultez, ya que el peligro seguirá estando, junto con otras consecuencias negativas evitables, como el envejecimiento prematuro y las manchas”.
Considerando lo anterior, toda la familia debe estar protegida, sobre todo ahora, que ya comenzaron los días de calor y la exposición a los rayos ultravioletas.
¿Cómo aplicar bien el fotoprotector?
Para que su uso sea efectivo, es necesario tomar en cuenta las recomendaciones que nos entrega el Dr. Clavería a la hora de usar el fotoprotector y mantener su poder protector.
Durante todo el año y sobre todo cuando te expondrás al sol, recuerda:
- Elegir el protector solar adecuado: usa un SPF de 30 o más, asegúrate de que proteja contra rayos UVA y UVB y que sea resistente al agua, especialmente si nadas, haces ejercicio al aire libre o sudas mucho. Existen opciones para distintos tipos de piel y bloqueadores específicos para la cara, para evitar grasitud o irritación en pieles sensibles, como la de niños pequeños.
- Aplicar suficiente cantidad: usa al menos una cucharadita (aproximadamente 2 gramos) para el rostro y cuello, y 30 ml para cubrir todo el cuerpo. Distribuye uniformemente en todas las áreas expuestas en el día a día, como cara, cuello, nuca, orejas y manos.
- Aplicar con anticipación y repetir: al menos 15-30 minutos antes de exponerte al sol para que se absorba correctamente. Reaplica regularmente, cada dos horas o después de nadar, sudar mucho y/o secarte con una toalla.
- No olvidar los días nublados: hasta el 80% de los rayos UV atraviesan las nubes, por lo que debes usar protector solar incluso en días grises.
- Usar también en interiores: los rayos UVA, responsables del envejecimiento prematuro y daños profundos en la piel, pueden atravesar el vidrio de ventanas en oficinas, casas y automóviles. Si estás cerca de una ventana durante varias horas, tu piel puede estar expuesta sin que te des cuenta.
- Protección contra luz azul y radiación visible: la luz emitida por pantallas (computadoras, celulares, tablets) y algunos focos LED puede contribuir a la hiperpigmentación, especialmente en pieles sensibles o propensas a manchas.
Otros hábitos que también favorecerán la salud de tu piel
Junto con el uso de fotoprotector, puedes implementar acciones diarias que te ayudarán a cuidar y potenciar la salud de tu piel.
Respecto a esto, el Dr. Clavería señala que “la piel es un reflejo de cómo está la salud de nuestro organismo” y podemos fortalecerla desde adentro con:
- Alimentación equilibrada: incluyendo alimentos que tengan vitaminas A, C y D, como zanahorias, espinacas, naranjas y frutillas, y grasas saludables, como nueces, aceite de oliva, palta y pescados.
- Hidratación: tomar suficiente agua durante el día ayuda a mantener la elasticidad de la piel, haciendo que se vea más sana y joven.
- Evitar el tabaco y alcohol: ambas sustancias deshidratan, reducen la circulación sanguínea y agravan problemas como el acné o rosácea.
- Dormir lo suficiente: durante el sueño, la piel se repara. Se recomienda dormir entre 7 y 8 horas cada día.
- Ejercicio regular: la actividad física mejora la circulación sanguínea, lo que lleva más oxígeno y nutrientes a la piel, dándole un aspecto saludable.
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