Ambos son fundamentales para la salud digestiva e impactan positivamente en el sistema inmunológico y en la salud mental. ¿Has escuchado hablar de los probióticos y prebióticos? Hoy, te contamos qué son, cómo distinguirlos y las fuentes naturales para obtenerlos.
Todos los seres humanos contamos con una gran comunidad de microorganismos vivos que juntos, conforman la microbiota.
Dentro de ellos, es posible encontrar bacterias, hongos, arqueas, virus y parásitos, que están principalmente en el aparato digestivo, boca, piel y órganos reproductivos, y a diferencia de otros tipos de virus y bacterias patógenas que nos hacen daño o enferman, la microbiota tiene un papel fundamental en la protección de nuestra salud.
“Cómo son organismos vivos, los integrantes de la microbiota necesitan mantenerse en buen estado para cumplir todos los papeles que desempeñan y por otro lado, en caso de que estén debilitados, requerirán de apoyos o “suplentes” para fortalecer el equipo. Es justamente aquí, cuando entran en juego los probióticos y prebióticos”, afirmó la doctora Nataly Espinoza, nutrióloga de Clínica Andes Salud El Loa.
¿Qué son los probióticos y prebióticos?
Aunque en ocasiones suelen confundirse, los probióticos y prebióticos son conceptos distintos, pero igualmente relacionados.
Los probióticos son alimentos o suplementos que contienen microorganismos cuyo objetivo es optimizar la labor de las bacterias “buenas” que se encuentran naturalmente en nuestro cuerpo y que conforman la microbiota.
En el mercado podemos encontrar de dos tipos, la primera en alimentos fortificados, del cual tenemos que dentro de sus ingredientes hay; lactobacilos, bifidobacterias, saccharomyces, entre otros, y el segundo son los alimentos de origen natural como son el yogurt de pajarito o también conocido como kéfir, kombucha, alimentos fermentados, etc.
Por otro lado, los prebióticos son alimentos que suelen tener un alto contenido en fibra y que actúan como nutrientes para los organismos vivos de la microbiota. Lo que hacen es fertilizar y estimular su crecimiento.
Entre las principales fuentes naturales de prebióticos, podemos encontrar:
- Granos integrales
- Verduras de hoja verde
- Ajo y cebolla
- Alcachofas
- Nueces
- Chocolate amargo
- Lentejas
- Manzanas
- Plátano
- Espárragos
¿Cuál es la función de la microbiota?
Los microorganismos presentes en nuestro cuerpo son pequeños, pero poderosos. Al igual que las hormigas, trabajan de forma colaborativa y silenciosa para impulsar diversos mecanismos esenciales para la salud.
Por ejemplo, influyen en funciones como:
- Digestión y metabolismo de nutrientes: ayudando a descomponer aquellos que el cuerpo no puede digerir por sí solo. Producen enzimas que permiten que el organismo pueda absorber estos nutrientes.
- Protección contra patógenos: actuando como una barrera defensiva evitando que los microorganismos dañinos colonicen el intestino.
- Desarrollo y función del sistema inmunológico: ayudando a educar y regular la respuesta inmunitaria, estimulando la producción de células y moléculas protectoras contra infecciones e inflamación.
- Producción de vitaminas y metabolitos: como vitamina K, vitaminas del complejo B y ácidos grasos de cadena corta, utilizados por el cuerpo para obtener energía y mantener la salud del intestino.
- Regulación del metabolismo y peso corporal: una microbiota equilibrada puede ayudar a prevenir la obesidad y el desarrollo de enfermedades metabólicas.
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